EUROPA
PRESS
11 julio
2018
Hallan
posibles neuronas que desencadenan los sofocos de la menopausia
Al activar un solo tipo de neurona,
científicos han desencadenado síntomas similares a los de los sofocos en
ratones. En la edición de este martes de 'Cell Reports', los investigadores
muestran que las llamadas neuronas Kiss1 en el hipotálamo que se proyectan
hacia una región cerebral que controla la temperatura corporal pueden ser el
vínculo entre las fluctuaciones de las hormonas sexuales y los sofocos que afectan
a muchas mujeres menopáusicas.
"Debido a que estas neuronas se conservan en los
humanos y desempeñan funciones similares en humanos y en ratones, esto nos
proporciona evidencia específica sobre cómo es probable que se generen los
sofocos", dice el coautor Christopher Johnson, estudiante de posgrado en
Neurociencia en la Universidad de Washington (UW), Estados Unidos. En los
humanos, los sofocos pueden afectar a ambos géneros en respuesta a los rápidos
descensos en los niveles de hormonas sexuales.
"Los estados hormonales como la menopausia y el
tratamiento del cáncer de próstata que dan lugar a la susceptibilidad a los
sofocos son muy complejos", dice la coautora Stephanie Padilla,
investigadora postdoctoral de la Facultad de Medicina de la UW. "Que
pudimos generar de manera fiable una respuesta fisiológica tan robusta mediante
la manipulación de una población de células sensibles a las hormonas sexuales
en una región específica del cerebro valida una década de investigación de
grupos que estudian este fenómeno", afirma.
El tratamiento más prevalente en Estados Unidos para los
sofocos es la terapia de reemplazo de estrógeno, que se ha relacionado con un
mayor riesgo de accidente cerebrovascular, coágulos de sangre y ataque
cardiaco. Este trabajo identifica un objetivo neurológico para medicamentos que
podrían prevenir los sofocos y apoya un ensayo clínico en curso en Europa
basado en este enfoque.
¿Conexión de la
temperatura corporal con el sistema reproductivo?
Johnson, Padilla y colegas que trabajan en el laboratorio
del bioquímico Richard Palmiter, profesor de Bioquímica en la Facultad de
Medicina de la Universidad de Washington e investigador del Instituto Médico
Howard Hughes, manipularon genéticamente ratones y virus para manejar las
neuronas que expresan Kiss1.
La activación de las neuronas Kiss1 inició un rápido
incremento en la temperatura de la piel seguido de una caída en la temperatura
corporal central. Los mismos síntomas ocurrieron en ratones machos y hembras.
La eliminación de los ovarios del ratón femenino exacerbó el efecto.
Los investigadores especulan que, en las hembras, llevar a
la cría a término puede requerir la capacidad de modular la temperatura
corporal que está relacionada con, pero separada de, la temperatura corporal
circadiana. Queda por establecer si el circuito Kiss1 es una vía independiente
que conecta la temperatura corporal con el sistema reproductivo o solo una
faceta de una red más grande de circuitos de regulación de la temperatura.
"Aunque los sofocos en los humanos tienden a
acompañarse de angustia emocional o psicológica que son difíciles de imitar en
un modelo de ratón, estos resultados nos dan la oportunidad de considerar cómo
las neuronas que estudiamos pueden unirse a los sistemas que mantienen nuestro
cuerpo funcionando normalmente incluso fuera de los estados hormonales
alterados que acompañan a los sofocos", concluye Johnson.